martes, 7 de junio de 2011
El periodismo objetivo y periodismo independiente, cómplices del establishment y las grandes corporaciones
El periodismo objetivo y periodismo independiente, cómplices del establishment y las grandes corporaciones
Por Marcelo Bianchi
La sociedad cuestiona al periodista neutro y reclama más compromiso con la realidad del país.
A partir de la discusión en el 2009 en torno sobre la ley de medios, diversos sectores de nuestra sociedad han puesto en duda valores irrefutables del periodismo en los años anteriores: la llamada “objetividad” de la profesión (donde su actividad se limitaba solamente a informar, a decir la noticia), y a la existencia de la total libertad de prensa (donde se podía decir lo que se le encantara, en el lugar que quisiera).
La objetividad periodística es un concepto conservador donde se destaca una actitud neutral del profesional, sin ideas propias y vacía, y donde se limita solamente a informar.
En los últimos años este concepto del periodismo quedó en duda y fue cuestionado, por que se afirma que esta actitud compasiva solo beneficiaría a los grandes medios y al “establishment”.
Chris Hedges publicó en la revista TruthDig una columna titulada “La objetividad está matando a los diarios y vamos a estar peor cuando cierren” donde sostuvo que los que hablan de “objetividad” y del “periodismo independiente” en realidad, al usar estas definiciones, hacen entender que cuentan con el alto grado de impunidad de los más poderosos.
Y que develan, asimismo: “el núcleo duro, el trasfondo más oscuro y oculto de su ideología: desprecian al público, no lo respetan en absoluto, intentan manipularlo en beneficio de sus patrones. Y hablan desde la orgullosa posición de quienes lo hacen en nombre de una élite que ha hecho de la verdad su propiedad privada”.
Un claro ejemplo de esto es lo que ocurre en los grandes diarios latinoamericanos como El Mercurio y La Nación, donde existen libros e investigaciones judiciales y periodísticas que afirman que fueron cómplices de la última dictadura militar.
Estos medios constantemente en sus editoriales critican a los gobiernos progresistas de América Latina afirmando que son autoritarios y que no respetan los derechos de la propiedad privada y de la libertad de prensa.
Sin embargo, no tuvieron reparos en elogiar en años anteriores a las más sangrientas dictaduras militares del continente.
Es más, aún hoy siguen defendiendo el accionar de las Fuerzas Armadas reflotando la doctrina de seguridad nacional y la doctrina de los dos demonios (argumento central del libro Nunca Más).
Es en este sentido en que se cuestiona la idea de la libertad de prensa por que no se entiende el motivo por el cual ningún periodista de estos medios llega a opinar contra esta línea editorial, salvo que sea previamente censurado o que dicho profesional tenga temor a ser despedido.
Otro concepto lo dio Martín García, director de la agencia de noticias TELAM, quien definió a los periodistas objetivos: “Los profesionales son como las prostitutas, escriben mentiras en defensa de los intereses de los que les pagan. Los militantes, en cambio, escribimos la verdad al servicio del pueblo. Soy primero militante, después periodista”.
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En conclusión, en los últimos años se ha evidenciado una perdida de confianza hacia el periodismo que se autodefine como objetivo e independiente por que no lo son, siempre tratan de transformar la realidad para lograr fines políticos o económicos, por ejemplo el intento del grupo Clarín de manipular a la opinión pública para derrotar al gobierno kirchnerista.
Y además, el periodista siempre debe cuestionar e investigar al poder y a los grupos económicos; para luego denunciar actos de corrupción o de estafa, aunque esto le cueste la libertad o la vida.
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