Sólo en 2008, hubo 4.473 homicidios, un 25% más que en el 2007
"Me disculpa ¿usted está armado?". La pregunta la lanza con pasmosa naturalidad un guardia de seguridad privada, en la entrada de un shopping de Tegucigalpa. La escena se repite en la puerta de la mayoría de los negocios del centro comercial -en donde revisan bolsos y carteras- y en el lobby de uno de los hoteles más exclusivos de esta capital. Claro que en este caso, el guardia no espera la respuesta de una distinguida dama que le dice: "¿Por qué no le pregunta a los delincuentes, antes de molestar a la gente honrada como uno?".
Honduras es un país violento y armado hasta los dientes, tanto que alarmaría a más de un famoso o famosa en la Argentina: con apenas 7,5 millones de habitantes -4,5 millones mayores de 18 años- hay en esta empobrecida nación centroamericana más de 220.000 armas registradas. Pero organismos de derechos humanos especializados en en el tema calculan que hay otras 500.000 más que circulan por el país de manera ilegal.
"Esto es un círculo. Porque la gente se arma para defenderse de los robos y de los homicidios, pero al mismo tiempo al haber tanta gente armada los homicidios crecen", dice a Clarín Leyla Díaz, coordinadora de seguridad ciudadana del Centro de Investigación y Promoción de los Derechos Humanos (Ciprodeh).
"Honduras tiene una de las mayores tasas de homicidios per cápita del mundo", agregó Díaz. El índice de homicidios en Honduras fue de 58 por cada 100 mil habitantes en el 2008, según la ONU. En Argentina, es de 5,6 por cada 100 mil.
Para el analista Efraín Díaz, las causas no sólo hay que buscarlas en la pobreza, que castiga al 70% de los hondureños. "Hay razones históricas y culturales, porque en este país siempre se cuidó la propiedad con las armas. Desde el gran terrateniente, hasta el campesino más pobre protegía lo que tenía con un arma", explica.
A esto hay que sumarle que Honduras fue en los años 70 y 80 "territorio liberado" para que los "contras" nicaragüenses desestabilizaran a la Revolución Sandinista. "Eso hizo que aquí entraran gran cantidad de armas y, al finalizar los conflictos en Nicaragua, el Salvador y Guatemala, se quedaron aquí al mejor postor", agrega Díaz.
Y ahora, el fenómeno del narcotráfico le agrega otro componente a esta realidad, porque Honduras se ha convertido en "corredor obligado" en el tráfico de drogas en Centroamérica.
Sólo en 2008. hubo en Honduras 4.473 homicidios, un 25% más que en el 2007, cuenta Leyla Díaz, del Ciprodeh.
Y agrega otro dato que no es menor: "Desde siempre, sobre todo en el interior, es común ver a los hombres armados, también como una demostración de virilidad y de machismo".
Comprar cualquier tipo de arma legal o ilegal, es fácil en Honduras. Basta ir a "La Armería" -la única tienda autorizada por las Fuerzas Armadas para venderlas y que según todas las sospechas es de militares retirados- y pagar 500 dólares por una calibre 22 ó 38 y algo menos de 800 por una nueve milímetros. "La calibre 22 está saliendo mucho ahora, porque es ideal para una mujer. Liviana y fácil de usar", dice a Clarín un vendedor.
En el mercado negro esas mismas armas se consiguen por menos de la mitad. Y un AK 47, considerada un arma de guerra y prohibida para "uso civil", está a unos 500 dólares.
Por eso no llama la atención las preguntas del vigilador privado ni que el gobierno de facto de Roberto Micheletti haya prohibido, desde el lunes hasta la otra semana portar armas.
CLARIN
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