sábado, 1 de diciembre de 2012

Argentina- Grecia y la relación con el FMI

RELACIONES INTERNACIONALES Y DE COMUNICACIÓN CAT II
Tema: El trabajo pretende analizar la situación política y económica actual de Grecia y sus similitudes y diferencias con lo ocurrido en Argentina en el año 2001. Al mismo tiempo se analizarán desde una mirada crítica, las principales decisiones que el Fondo Monetario Internacional ha adoptado con estas naciones. Estructura del trabajo: En primer lugar, abordaremos una breve reseña histórica de estos dos países, como así también del FMI, que a través de sus decisiones generó en Grecia y Argentina una crisis institucional, social, política y económica. En segundo lugar se desarrollarán las siguientes problemáticas: • Contexto histórico y coyuntural de la relación entre Argentina y Grecia al FMI . • Estallido social ante el agotamiento del sistema neoliberal • Repercusiones a nivel internacional en relación a las economías con mayor vinculación comercial-financiera. • Adopción de medidas económicas posteriores a la crisis del 2001 en Argentina y políticas económicas propuestas a la situación griega actual. Intención: Demostrar que los hechos sucedidos en la Argentina y Grecia no son casuales y que las políticas neoliberales llevadas a cabo por los mecanismos financieros, hicieron eclosión, dejando en evidencia la inconsistencia y fragilidad del modelo neoliberal y el sistema capitalista. Breve descripción de dos realidades: Argentina La crisis del modelo neoliberal que tuvo su punto culminante en diciembre de 2001, tiene sus orígenes en el comienzo de la última dictadura militar en el país. A partir de 1976 se reemplazó el modelo sustitutivo de importaciones iniciado en 1930, en donde la producción industrial era el eje fundamental en la dinámica económica y los trabajadores industriales eran el núcleo de la clase trabajadora. En este sentido, la producción metalúrgica, automotriz, química-petroquímica, fueron las más importantes. La política económica de la dictadura que consistió en la apertura externa, reforma financiera y liberación de los mercados, tuvo impacto en la estructura económica y en las características de la sociedad. En este sentido, el economista Gerardo De Santis sostiene que “el sector industrial fue el más afectado ya que tuvo un retroceso de 15% en el lapso 76/83” (…) “el salario real disminuyó un 20% y el nivel de empleo industrial decreció un 30%”. Este período se puede caracterizar como el de la consolidación de los grandes grupos económicos y empresas trasnacionales. El nuevo modelo económico y social como teoriza el economista Eduardo Basualdo, estuvo basado en la valorización financiera. Es decir, no se trata sólo de la enorme rentabilidad que obtienen los bancos o el sistema financiero en general, sino también de la renta financiera que perciben los capitales oligopólicos, líderes en las restantes actividades económicas. De modo que la tasa de interés, supera la rentabilidad de las otras actividades económicas, se registra un aumento en la concentración del ingreso y la deuda externa opera como una fenomenal masa de recursos pasibles de ser valorizados en la economía interna. Fue en 1977 cuando se aplicó la Reforma Financiera en donde convergió la apertura de mercado de bienes y de capitales, de esa manera los productos importados erosionaron la producción interna y mediante la apertura financiera apareció el fenómeno del endeudamiento externo, que fue un factor fundamental para la instalación de la valorización financiera. De forma que los grupos económicos locales y las empresas transnacionales no se endeudaban para realizar inversiones productivas sino para obtener renta mediante colocaciones financieras. Basualdo explica que “la tasa de interés interna supera largamente la tasa de interés internacional, para finalmente remitir los recursos al exterior y reiniciar el ciclo. Por eso en Argentina la otra cara de la deuda externa es la fuga de capitales locales al exterior” . Mediante el despliegue del aparato represivo hacia cuadros intelectuales opositores, el modelo impuesto por la última dictadura militar fue consolidado en la década de los 90. Esta década en la Argentina fue un claro ejemplo de neoliberalismo económico, de la mano de las políticas adoptadas por el entonces presidente Carlos Ménem, reduciendo al Estado, con su plan de privatización. Pero también es una realidad que el país estaba saliendo de otro complicado proceso económico, como la hiperinflación, que terminó con la salida, del ex presidente Ricardo Alfonsín seis meses antes de que culminara su mandato. Grecia La crisis en Grecia comienza con la debacle mundial iniciado en el año 2008 con la caída de Lehman Brothers, que arrastró a los llamados países “cerdos” de la Unión Europea (España, Portugal, Irlanda, Italia y Grecia) y que consistió en el endeudamiento con los acreedores internacionales. La deuda contraída por Grecia, superó sus capacidades de pago, por la cual solicitó un rescate económico a la Unión Europea y al FMI. Dicho salvataje consiste en realizar ajustes económicos en sectores vulnerables de la sociedad como salud, administración pública, aumentos de impuestos e incremento en la edad del régimen jubilatorio. Después de los planes de ajuste de mayo de 2010 y según la Unión Europea, el país repuntaría: Grecia se financiaría en los mercados internacionales en 2011 y la ayuda que recibiría, sanearía todas sus necesidades financieras durante dieciocho meses. Pero en realidad la economía griega ha entrado en una fase de caída libre. Europa y el FMI, discuten “un nuevo rescate que sin dudas, llevará al país a la quiebra” . “De ahí las vacilaciones de los políticos europeos: están obligados a no dejar piedra sobre piedra en Grecia (porque el capitalismo especulativo es el que manda), pero saben que la quiebra del país tendrá consecuencias imprevisibles” . Al mismo tiempo que se implementaba el plan de ajuste para Grecia, un informe del FMI poco difundido, advertía otros síntomas; la deuda pública griega llegará al 150% del PIB en dos años y el desempleo puede estar en el 20% a corto plazo. Una realidad que no favorece al país heleno en lo más mínimo. Fondo Monetario Internacional Es un organismo financiero nacido en los acuerdos de Bretton Woods de 1944, “con el que las potencias vencedoras buscaron instituir un orden capitalista sólido para la posguerra, capaz de competir contra el comunismo de Rusia y su bloque” El FMI pretendió constituir una política de la estabilidad monetaria mundial, después de la Segunda Guerra Mundial. Tras varias reuniones entre Estados Unidos y 43 países más, vieron la luz el FMI y el Banco Mundial, en principio llamado Banco Internacional para la Reconstrucción y el Desarrollo (BIRD). El Fondo Monetario Internacional surge de la necesidad de organizar una moneda para la liberalización del comercio. Entre sus objetivos declarados se encuentran: cooperación monetaria y la estabilidad cambiaria, el crecimiento equilibrado del comercio internacional, establecimiento de un sistema multilateral de pagos y la puesta a disposición de recursos para los países con dificultades en su balanza de pagos. Se buscaba evitar derrumbes: sostener los niveles de actividad y empleo y las tasas de cambio. Desarrollo: *Ingreso de Argentina a los organismos financieros Argentina ingresó al Fondo Monetario Internacional (FMI) en el año 1956 y desde entonces gobiernos civiles y militares tuvieron que recurrir a los créditos otorgados por este organismo para salir de las diferentes crisis por las que atravesó este país a lo largo de su historia. Pero la relación de la Argentina con el FMI, ha sido de permanentes acuerdos con ese organismo financiero, elevando la deuda del país de manera colosal, como consecuencia de la falta de control. En el año 1957, el gobierno argentino recurrió a un crédito para tener mayor libertad económica; en 1958 necesitó nuevamente ayuda económica de esta entidad para evitar la inflación mientras que los créditos solicitados al Fondo Monetario Internacional durante 1960,1961 y 1962 fueron destinados a aumentar las reservas internacionales. Durante la gestión del ex presidente Raúl Alfonsín, se negoció con el FMI y se lanzó el Plan Austral, en el año 1985. Pero la inestabilidad política, económica y social del gobierno, condujo a la primera hiperinflación, que se manifestó cuando el Banco Mundial no autorizó un desembolso ya que la Argentina incumplió compromisos asumidos con un sector del gobierno de los EE UU, opuesto a los intereses del sector financiero transnacionalizado y el FMI. Esta situación motivó una corrida del dólar en febrero de 1989 y los recordados saqueos a comercios y afines. Las elecciones se adelantaron en el país y fue elegido como nuevo Presidente Carlos Ménem. La segunda hiperinflación estalló en diciembre de ese mismo año, motivado por el plan de dolarización que preparaba el Ministerio de Economía del nuevo gobierno, provocando una nueva corrida del dólar. En los años 90, período de pleno apogeo neoliberal e influjo de la globalización, Argentina intensificó sus relaciones con el FMI (en los 20 años previos a 2003 el país recibió no menos de 30 mil millones de dólares en distintos préstamos y renegociaciones) . En el marco del Plan Brady (el canje de bonos garantizados por el tesoro norteamericano por activos del Estado y empresas públicas nacionales) en el año 1991, Carlos Ménem hizo aprobar la Ley de Convertibilidad, la famosa “caja de conversión” de Domingo Cavallo, respaldado por un acuerdo con el FMI. Argentina obtuvo también un convenimiento (llamado de “facilidades extendidas”) entre 1992 y 1995 mientras se tomaba la medicina menemista. Mientras tanto, se desató la fiebre de la privatización que acabó con las aerolíneas, las empresas de energía y gas, de transporte marítimo y terrestre, en fin, todo lo que oliera a Estado. Menem entregó a las fuerzas del mercado a más de 400 empresas públicas, bajo la supervisión del FMI y el regocijo de la comunidad financiera internacional. La recuperación de la economía duraría pocos años. En 1995 daría señales de insolvencia, con una crecida abrupta del desempleo, uno de los peores flagelos sociales. Esta situación fue provocada por el agotamiento del motor de crecimiento del plan y el atraso cambiario. En 1998 y 2000 se aprobaron nuevos acuerdos, agregando el compromiso de la flexibilización laboral y el mejoramiento de la competitividad que mantuvo el desempleo histórico en dos dígitos largos (todas imposiciones neoliberales). En mayo de 2001, el FMI bendijo el megacanje de 29 mil millones dólares de títulos de la deuda externa argentina, por papeles a más largo plazo, que no hizo más que aumentar la deuda del país en otros 40 mil millones de dólares. A cambio de autorizar el canje, el Fondo exigió poder intervenir en las cuentas públicas de la Nación. Nuevamente el plan fracasó, y tras la brutal salida de capitales, poco después Cavallo suspendió los retiros bancarios e imponía el “corralito financiero” que dejó secuestrados en los bancos los ahorros de los ciudadanos. Al mismo tiempo dolarizó activos (préstamos) y pasivos (depósitos) bancarios, con el fin de evitar la corrida financiera. El caso de Grecia Grecia es uno de los Estados pertenecientes a la Unión Europea, en donde la economía más fuerte y sólida hasta el momento, es la de Alemania. Como en toda integración, los países de la Eurozona, comparten una moneda única, en este caso el Euro componiendo así una unión monetaria en la región. Como consecuencia de esta relación, los dieciséis países miembros comenzaron a sufrir síntomas de asfixia en sus economías a partir de 2010 y una significativa caída de la moneda cambiaria. La crisis comenzó con los gigantes rumores sobre el nivel real de la deuda de Grecia y el riesgo de cesación de pagos que debía afrontar el gobierno heleno. Circuló oficialmente como causa principal, que durante años el Gobierno griego había asumido deudas profundas y había llevado a cabo un excesivo gasto público, lo cual contravenía los acuerdos económicos europeos. Cuando llegó la crisis financiera global, el déficit presupuestario subió y los inversores exigieron tasas mucho más altas para prestar dinero a Grecia. Producto de la situación financiera de la deuda griega, La Unión Europea con Alemania a la cabeza, se pusieron a trabajar para sacar a esa economía de la posible secesión de pagos. Pero como la crisis mundial al mismo tiempo golpea a las grandes economías capitalistas del mundo, la Unión Europea junto al Banco Central Europeo debieron recurrir al Fondo Monetario Internacional para intentar un salvataje financiero y evitar así, el contagio de aquellos países con economías menos estables como España, Italia o Portugal. A partir de marzo de 2010, la Eurozona y el Fondo Monetario Internacional (FMI) debatieron conjuntamente un paquete de medidas destinadas a rescatar la economía griega, bloqueado durante semanas debido en particular a los desacuerdos entre Alemania, economía líder en la zona, y los otros países miembros. La intervención del FMI para sacar al país de la bancarrota, se acuerda el 2 de mayo de 2010 en conjunto con la Unión Europea por un monto de 110.000 millones de euros en tres años, a lo cual Grecia se comprometía a cumplir con el plan de austeridad, previamente acordado con el FMI y la UE. Durante este período comienzan las protestas sociales en el país, como consecuencia de los ajustes impuestos. La reforma de pensiones, contemplada en el plan de ajuste, provoca numerosas huelgas, incluyendo la de funcionarios, llevada a cabo el 15 de julio de ese mismo año. Antes de finalizar el año 2010, el FMI desembolsa un tercer pago por 2500 millones de euros, felicitando a las autoridades griegas por las “reformas estructurales” del país. La intervención del organismo financiero en Grecia, se imponía durante los primeros meses de 2011. Y en este contexto el primer ministro griego comunica que se llevarán adelante “cambios estructurales”, que incluye un plan de privatizaciones. Los principales gremios en Grecia, continúan con las huelgas generales, contra los despidos de empleados públicos. Por su parte el FMI, reitera la necesidad de acelerar el régimen de privatización, con la amenaza latente de suspender los pagos del rescate. Ya en este 2012, “la troika” (la Unión Europea, Banco Central Europeo y el FMI) insisten en aplicar mas medidas de austeridad y la reducción de los salarios del sector público. En febrero de ese mismo año, el gobierno de Grecia acuerda con la troika el despido de 15 mil funcionarios, con el fin de poder acceder a un nuevo rescate financiero. Pero los sindicatos se oponen a esas exigencias y convocan a la primera huelga general del año. Finalmente el 27 de febrero, el parlamento Alemán, aprobará el segundo rescate financiero de Grecia con una amplia mayoría, pese a la negativa de la canciller alemana, Ángela Merkel. *Estallido Social ante el agotamiento neoliberal Argentina: Recesión depresión 1998-2002 Luego de las reformas estructurales impuestas a partir de la última dictadura militar (1976/83), la economía argentina quedó muy vulnerable a los impactos de las crisis en otros países. En tanto que la vulnerabilidad estaba basada en la venta de activos (privatizaciones) y financiamiento externo (deuda externa) y estos dos instrumentos estaban a punto de agotarse. En relación a esto, el licenciado en economía Gerardo De Santis , expone que “la economía argentina era una economía altamente endeudada, con déficit comercial y fiscal y una crítica situación social”. De esta forma, en 1998 se produjo la entrada en recesión de la economía argentina; a partir de allí comenzó un círculo vicioso de caída de actividad económica, caída del empleo, disminución de la recaudación impositiva, aumento del déficit fiscal y políticas de recortes de gastos o aumento de impuestos que agravaron aún más la situación. Las políticas económicas llevadas a cabo por Argentina, fueron avaladas por el Fondo Monetario internacional por lo que De Santis aclara que el FMI “es co- responsable de la crisis posterior”. La recesión e incertidumbre fueron aumentando a medida que se implementaban las políticas económicas neoliberales. De esta forma la crítica situación que atravesaba el país se expresó tres años más tarde en una fuga de depósitos de casi U$S 20.000 millones que desembocó en el “corralito” y el fin de la convertibilidad -políticas impuestas por Domingo Cavallo en aquel entonces Ministro de Economía de la Nación- y la crisis del 2001 que terminó con el gobierno de la Alianza. Cifras en 2001 Según un informe publicado por el Ministerio de Economía y Finanzas de la Nación, “La Economía Argentina durante 2001” el año concluyó en promedio con una contracción del 4,5%, y desde el inicio de la fase recesiva que va desde mediados de 1998 hasta fines de 2001, el PIB lleva acumulada una caída de 14% y la inversión retrocedió 44%. También los indicadores de empleo denotan un deterioro; es así que la tasa de desempleo aumentó un 18.3 %. En tanto que se estima un aumento de alrededor de 505 mil desocupados en el transcurso del último año (entre los meses de octubre y diciembre), a lo que se le agrega una disminución del orden de 380 mil ocupados. Por otro lado, el 25% de los hogares y el 35% de las personas del Conglomerado Gran Buenos Aires, se encuentran por debajo de la línea de pobreza. A su vez, el 8,3%de los hogares y el 12,2% de las personas se hallarían en estado de indigencia. 19 y 20 de diciembre de 2001 La crítica situación social se fue expresando a lo largo del mes de diciembre y tuvo su pico máximo los días 19 y 20 de ese mes. El fenómeno conocido como “El Argentinazo” se puede enmarcar dentro de las reivindicaciones sociales que tuvieron lugar a partir de la crisis de la deuda externa de 1982 en los países de América Latina, en donde se iniciaron revueltas populares en contra del neoliberalismo que había forjado la pobreza, el hambre y los grandes saqueos de recursos. En este contexto, la crisis de 2001 en Argentina expresó el fin del modelo neoliberal y el reclamo por parte del pueblo argentino que terminó por destituir a Fernando De La Rúa, quien había acentuado la valorización financiera y el retroceso económico que se había consolidado en los 90. El 19 de diciembre hubo grandes revueltas por parte del pueblo y saqueos a supermercados y comercios en distintos puntos de la ciudad de Buenos Aires y en respuesta a tales hechos, el entonces presidente De La Rúa, decretó esa misma noche el estado de sitio. Esto provocó en la capital del país que miles de personas salieran a la calle a reclamar contra las políticas impuestas por el gobierno; se había establecido un límite a las extracciones bancarias con el objetivo de mantener recursos dentro del sistema financiero, que en las últimas semanas se había expresado en una corrida bancaria. Esta política se conoció como “el corralito” que se expresó con cacerolazos por parte de los ciudadanos, sobre todo de la clase media, quienes salieron a reclamar por el embargo de sus ahorros. El 20 de diciembre continuaron las protestas a las que se sumaron distintos grupos y organizaciones sociales que fueron violentamente reprimidas por orden del gobierno nacional. El partido de los trabajadores socialistas define esas protestas como “El movimiento de diciembre constituyó un amplio bloque social que incluía a los desocupados, los pobres urbanos, la juventud plebeya y las clases medias arruinadas (…) la intervención directa de un gran sector del movimiento de masas puso de manifiesto la profunda crisis orgánica y de hegemonía del capitalismo semicolonial argentino y su estado”. Con el derrocamiento del gobierno de la Alianza, se sucedieron cinco presidentes en menos de un mes y finalmente Eduardo Duhalde se vio obligado a abandonar el poder anticipadamente y convocar a elecciones presidenciales luego de la represión y asesinatos de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, (pertenecientes al Movimiento de Trabajadores Desocupados) en el Puente Pueyrredón el 26 de junio de 2002. La crisis del 2001 marcó una ruptura del modelo de 1976 basado en el sistema financiero y el retroceso de las inversiones productivas, abriendo una nueva etapa en la Argentina. Grecia: El origen de la crisis griega debe enmarcarse en lo que el economista Eduardo Beinstein denomina “la crisis larga del capitalismo, su etapa senil”.Una crisis que comenzó a finales de la década del 60, agravada por la suba de los precios del petróleo en 1973/74 en donde tuvo auge el sistema financiero internacional en un contexto de gran liquidez. Así mismo es la época del desarrollo y la consolidación de las grandes masas parasitarias que van consumiendo el sistema productivo y se expanden gracias a éste para finalmente hacerlo colapsar. “Hacia fines de 2010 presenciamos el agotamiento de los estímulos financieros lanzados en las potencias centrales a partir de la agudización de la crisis global en 2007/2008. (…). Con las políticas de estímulos lo que si llegó fue una avalancha de deudas públicas. Una segunda etapa de la crisis a partir del estallido de la deuda pública griega”. En este sentido, Beinstein expone que la crisis griega anticipaba otras en la Unión Europea, afectando no sólo a los países deudores más vulnerables sino también a sus principales acreedores, quienes tenían la amenaza de sobre acumulación de “activos crediticios basura”. En tanto que la crisis de Grecia se enmarca dentro del colapso de las grandes potencias y el modo de producción capitalista. El Estallido Ajustes al pueblo griego, una baja en el poder adquisitivo de la población mediante reducciones salariales y jubilatorias, aumentos al impuesto al consumo, reducción enorme del gasto social, son algunos de los síntomas de la recesión económica griega. La caída de Grecia comenzó en el año 2009, lo que hizo que recurriera al FMI. El origen de la problemática es de tipo financiero; un déficit público estimado en más de 12% del PIB y una deuda que llega a casi 125% del PIB. De modo que una multiplicidad de protestas sociales en contra de las medidas tomadas por el primer ministro Lucas Papademos (recortes salariales y pensiones, una alta suba de los impuestos indirectos) es el contexto que atraviesa Grecia. Si bien se trata de una crisis económico financiera, el caso griego difiere con el “Argentinazo” de 2001 puesto que en aquel país se trató de una crisis política que le costó el cargo al gobierno nacional de la Alianza y a partir de allí se enarboló una transformación socio-política que daría paso al ascenso de los sectores populares en un contexto de resistencias neoliberales en América Latina, encabezadas por gobiernos como el de Venezuela, Bolivia, Ecuador entre otros. El caso de Grecia puede derivar en una crisis política. Las presiones de los acreedores externos como el FMI y la Unión Europea se reflejan en las políticas de ajustes hacia el pueblo griego. Sin embargo por estos días como se advierte en el diario Página 12 “Las protestas callejeras desaparecieron por ahora porque no son consideradas efectivas y los manifestantes de los sindicatos y de la clase media empobrecida se asustaron por la violencia y los incendios que acompañaron las últimas grandes manifestaciones”. En este contexto “A muchos trabajadores no se les ha pagado desde hace meses. Hay una tensión social creciente: se estima que un 30 por ciento de la gente vive por debajo de la línea de pobreza (…)” Los últimos ajustes fueron la reducción del gasto farmacéutico en 1000 millones de euros, la reducción de pensiones superiores a 1300 euros y la disminución del salario mínimo en un 22 por ciento, hasta los 585 euros mensuales brutos, lo que representa una quita del 32 por ciento para los jóvenes menores de 25 años. Grecia está inmersa en una crisis financiera que se deriva del contexto de crisis internacional. Quedan abiertos los interrogantes sobre el final de esta historia. *Repercusiones a nivel internacional en relación a las economías con mayor vinculación comercial-financiera. Para explicar la relación de las economías vinculantes a la crisis griega primero habría que partir de la base que: Un país como Grecia es considerado un cerdo; un país como Grecia es un cerdo para otros países. Hay otros países que llaman cerdo a Grecia. Son los mismos países que intentan “salvar” a Grecia de su destino final los que llaman Cerdos a Grecia. Alemania y Francia (que creen que Grecia junto con otros países europeos son cerdos) son hoy por hoy los estados que marcan el pulso en la Eurozona, son las naciones que intentan quedar de pie ante la crisis mundial que azota al viejo continente y es Alemania-principalmente- el más interesado en sostener algo parecido a la estabilidad en Grecia, que hoy se describe con una furia helénica en su pueblo y economía. ¿Por qué el interés germano en la deuda griega? El economista y político argentino Jorge Altamira estipula que “la mayor parte de la deuda pública de Grecia se encuentra en manos de bancos locales, aunque dominados por la banca de Francia y de Alemania”*Es decir que los bancos griegos son quienes no tienen fondos para solventar el gasto; pero estos bancos mantienen una alta dependencia con la banca de las potencias europeas. Es por ello que; “el rescate dejó al desnudo que el epicentro de la bancarrota no se encuentra en Grecia sino en Alemania y Francia. La evidencia de que la crisis griega amenazaba la sustentabilidad de los bancos públicos germanos (Landesbank), fue lo que precipitó a la primera ministra Merkel a decidirse por el plan de rescate que había rechazado hasta ese momento en forma consistente” . La deuda griega no es un hecho aislado; con esta situación, “Europa ha quedado dividida en dos tandas de países con perspectivas que los antagonizan entre sí cada vez más. Los países que coquetean con el default tendrán de aquí en más, un costo de financiamiento creciente que los alejará de los estados más sólidos en las fases ulteriores del desarrollo capitalista” La situación en Grecia es insostenible y la intromisión de otros países en la soberanía griega significaría querer apagar el fuego con combustible. Lo describe el periodista Ignacio Ramonet de la siguiente manera: “El 21 de febrero será recordado en Grecia como la jornada de la Gran Capitulación. Ese día, a cambio de la promesa de un segundo plan de rescate financiero, el gobierno heleno aceptó las humillantes condiciones exigidas por el “clan europeo de la triple A” liderado por Alemania: draconianos recortes del gasto público, rebaja del salario mínimo, reducción de las pensiones, despido de 150.000 funcionarios, subida de impuestos y privatizaciones masivas(...)De modo encubierto, la Unión Europea (UE) ha entrado en una nueva etapa en la que los Estados fuertes (“el clan de la triple A” más Francia) exigen de los demás, y en particular de los Estados de la periferia, un cambio de régimen. No se trata directamente de un estatuto colonial. Pero se asemeja bastante a un tipo de administración que las grandes potencias establecieron durante la era colonial: el de protectorado.” El mercado como último manotazo intenta regular los destinos de un pueblo, somete al poder político de turno en Grecia en este caso y ejecuta. Ángela Merkel (Primer Ministra alemana) indicó en septiembre del 2011 que “La elaboración del presupuesto del Estado es una prerrogativa fundamental del Parlamento, pero hay que hallar vías para que ese requisito democrático esté en conformidad con el mercado”. Como indica Daniel Gómez-Olivé i Casas “Sobre fines del 2011 la deuda Griega se estima que habría llegado a los 355.000 millones de euros, cifra que ya supone el 165% de su PIB. De esta deuda poco más del 25% de lo reclamado (95.000 millones) son créditos que le han otorgado –con jugosos intereses países socios de la misma UE (53.000 millones), con Alemania y Francia a la cabeza; otros países de la comunidad internacional (22.000 millones), y el propio FMI (20.000 millones), a raíz del primer paquete de rescate –ya fallido, aprobado apenas hace dos años, en mayo de 2010” . Las economías vinculantes a Grecia lo que menos quieren es hacerse cargo de manera real de la deuda. Sino que -fuera de todo síntoma de solidaridad- reclaman e imponen estrategias que rijan e intenten acercarse a salvaguardar sus propios intereses. La crisis del 2001 se tradujo en una inmensa fuga de capitales. Este concepto se empezó a manejar en la media de la sociedad con el estallido y las justificaciones que intentaron encontrar los medios. Pero cabe aclarar que desde el año 1992 se inició un fuerte proceso de fuga de capitales. Las crisis no se dan de un día para el otro y la partida de dinero es un síntoma a ello. Según la Comisión Especial Investigadora sobre Fuga de Divisas de la Cámara de Diputados –creada en el año 2003- se fugaron en el 2001 “unos 14.977 millones de dólares (…) El 53,7% de los montos transferidos al exterior por personas físicas se dirigió a Estados Unidos, en tanto un 32,5% tuvo como destino Uruguay.” Al igual que como actualmente pasa en Grecia la plata se había ido del sistema financiero del país. Chipre funciona de paraíso fiscal de los fondos griegos. Uruguay y Estados Unidos fueron los recibidores económicos del dinero que estaba en Argentina. Con una paridad de un peso un dólar como fue la década del noventa en Argentina la capacidad de producción nacional era casi nula, los beneficios de exportación tenían que “pelear mano a mano” con el precio del mercado mundial y con las condiciones de producción y tecnología del resto de los países productores. Asimismo la importación fue mayoría en la balanza comercial produciendo un déficit en ella y acabando prácticamente con la industria nacional. El fin de la convertibilidad como ocurrió luego de la crisis del 2001, sumado a la suspensión de pagos declarado en la argentina provocó “pérdidas calculadas en 3.000 millones de dólares (3.425 millones de euros) en las empresas españolas con inversiones en el país -fundamentalmente Repsol, Telefónica, Gas Natural, BBVA y BSCH”. De esta manera queda evidenciado que no fue una situación aislada la que se suscitó en Argentina durante el 2001, las inversiones extranjeras (que poco tenían de inversiones sino que más bien se trató de una entrega de los recursos) provocó según un informe del diario español El Mundo elaborado en el 2001 un peligro de los capitales ibéricos en nuestra región. De esta manera fue explicado: “La recesión en Latinoamérica, con epicentro en Argentina, está lastrando fundamentalmente las cotizaciones de los gigantes bancarios españoles, BBVA y BSCH, con fuerte presencia en el área. Las inversiones de las dos entidades en la zona -cerca de 15.000 millones de dólares que hasta no hace demasiado habían favorecido un fuerte crecimiento de los márgenes por la buena marcha del negocio en la región, están castigando el precio de las acciones de ambas entidades”. Así se explica que las crisis tanto argentina como griega son parte de un sistema global en la cual los expandidos capitales trasnacionales juegan un rol importante y ante el estallido de esta situación son uno de los primeros focos que se perjudican. En el 2001 la industria argentina estaba muerta, la capacidad de competitividad en el mercado mundial era inexistente y tuvo que haber una devaluación de la moneda para poder “sacarse de encima” la presencia internacional y poder volver salir al ruedo. Hoy en Grecia es la presencia internacional la que juega un rol preponderante en las medidas a seguir, considerando que detrás de la gran deuda griega se esconden capitales alemanes y franceses principalmente y un mal movimiento puede recaer de lleno sobre estos países que están haciendo lo imposible para no “mancharse” de la tragedia griega por más que ya cuenten con algunos síntomas como es por ejemplo ubicar al desempleo germano en su tasa más alta del mundo. *Argentina y Grecia, dos actitudes ante el FMI Mientras la Argentina pide reformas al organismo internacional, el país heleno sólo le pide clemencia. A partir la crisis económica del 2001 que significó la salida de la paridad uno a uno con el dólar, la sociedad se preguntaba de qué forma se pondría punto final a esta situación delicada. El entonces ex presidente Eduardo Duhalde (2002-2003) decidió la devaluación de la moneda, que ayudaría a saldar las deudas de las empresas privadas para alentar la inserción en el mercado de trabajo. Durante la presidencia de Néstor Kirchner (2003-2007) se le dio continuidad al plan, aumentando la participación del Banco Central en la compra de divisas, y auspiciando fuertemente la exportación de los sectores agricultores e industriales. Con respecto al FMI el gobierno impulsó el desendeudamiento tras el canje de la deuda soberana, de valor nulo tras la crisis del 2001, por nuevos bonos indexados por la inflación y el índice de crecimiento económico. El periodista chileno Roberto Navarro en una nota titulada “La exitosa política económica de Néstor Kirchner” publicada en un medio trasandino sostuvo que el resurgimiento de Argentina fue “como resultado de una explícita política contraria a esas recetas que contribuyó al desprestigio internacional del FMI” En este sentido, en la actual administración de Cristina Fernández la postura ante el fondo es el repudio a las recetas de dicho organismo, pidiendo (en el marco del G-20) una reestructuración urgente, denunciando la injerencia de las grandes potencias imperiales en el FMI. En las sesiones preparatorias de la cumbre del G-20 que se realizará en junio de este año, el canciller Héctor Timermán indicó que “la principal falencia de la arquitectura multilateral es su rigidez en mantener una estructura diseñada para una realidad que ya no existe: el mundo de la posguerra y la Guerra Fría”. (...) señaló la necesidad de “democratizar las instituciones”, vinculando en tal concepto a la Organización de las Naciones Unidas y a los organismos de crédito, como el FMI y el Banco Mundial, reclamando abrirlos a “la participación” en la discusión de los problemas de la agenda global”. A partir de la Cumbre de las Américas, realizada en Mar del Plata en el 2005, cuyo objetivo de parte de los EE.UU. fue la implementación del ALCA (Alianza de Libre Comercio de las Américas), Argentina junto con Brasil, Venezuela y otros países rechazaron este tratado. Algunos periodistas encasillan a Néstor Kirchner en un grupo de mandatarios antiimperialistas como Evo Morales (Bolivia), Rafael Correa (Ecuador) y Hugo Chávez (Venezuela), quienes han planteado la posibilidad de fundar nuevas instituciones o foros contrarios a las posturas capitalistas de la OEA (Organización de los estados americanos) como por ejemplo, el ALBA (Alternativa Bolivariana para las Américas). A partir de una política independiente ante los organismos financieros internacionales, la Argentina a través de la administración actual, encaró un fuerte proyecto de intervención del estado en la economía vernácula, como por ejemplo en el rescate de las empresas Aerolíneas Argentinas y Austral Líneas Aéreas, mediante el cual el Estado argentino adquirió las acciones de esas y otras empresas relacionadas. Al mismo tiempo se concretó el fin al sistema de AFJP, es decir la estatización del régimen previsional. Se implementó el Fondo del Bicentenario, para garantizar el pago de los intereses de la deuda externa, con el fin de reducir la carga financiera sobre el tesoro nacional y promover la recuperación económica en el futuro. Algunos partidos opositores criticaron la decisión, defendiendo la "independencia" o la autonomía del Banco Central, provocando un conflicto con el entonces presidente de esta institución, Martín Redrado, quien no cumplió con el DNU que creó el fondo. Esta medida significaría un golpe a una de las teorías neoliberales, donde se sostiene que el Banco sólo sería como una base de contención de la inflación cuando en realidad servía al interés del sector financiero especulativo. Sin embargo, Argentina aun tiene deudas pendientes con los fondos llamados “buitres”, el club de Paris y la existencia de un remanente de la vieja deuda que con el pasar del tiempo más los intereses generados, crean un monto actual preocupante. Es en base de esto que la oposición (derechista) critica a la gestión kirchnerista en el sentido de que Argentina “esta fuera del mundo”, ya que se niega a firmar tratados de libre comercio con otras regiones como EEUU, y la Unión Europea; para seguir el ejemplo de “países serios” como Perú, Chile y Colombia y por el proteccionismo ante la entrada de productos de Tailandia, China y Uruguay. Aun queda en la memoria de los argentinos, la humillación que como nación soberana sentiría cuando un organismo extranjero venía al país a revisar nuestras cuentas, y a exigirnos medidas de ajuste como si el país fuera una colonia de las principales potencias del mundo. Desde el 2001, Argentina se ha convertido en el “niño malo” del concierto internacional por que tuvo la osadía de declarar el default más grande de la historia, y que increíblemente puede ser superado por la “primera potencia del mundo”. Por dicha razón la Unión Europea y el FMI quieren salvar de la bancarrota a Grecia por el temor a que copie el ejemplo de la Argentina, y que en el fututo, naciones como España, Portugal e Italia, se vean arrastradas en una fiebre “defaultista”. La humillación se apodera hoy de Grecia, quien debe ceder soberanía para no ser expulsado del euro y del primer mundo, algo que los políticos helénicos juran y perjuran que jamás lo permitirán. Grecia no quiere el Argentinazo Según las autoridades de este país, las medidas de ajuste que se están imponiendo a la población son ejecutadas para evitar que la nación caiga en cesación de pagos, la expulsión de Europa y por consiguiente una crisis similar al que vivió la Argentina en el 2001. En ese sentido el Sociólogo Rosendo Fraga señalo que “en el caso argentino, el peor escenario fue el consecuente colapso del sistema financiero (corralito bancario), el default, la devaluación, la pesificación de los depósitos y el golpe inflacionario, que llevó la caída del PBI al 11% en 2002, el desempleo a 24% y la pobreza por encima del 50% en el primer trimestre de dicho año. Este es el escenario que Grecia ha podido evitar por ahora”. Dichas medidas de ajuste se impusieron de manera obligatoria ya que si no se hacían, los préstamos del FMI y de la troika (zona euro) serían interrumpidos, actitud dura por parte de los principales líderes del continente como Alemania y Francia. El 22 de febrero Grecia logro conseguir el tercer rescate de su historia, por un monto de 237 millones de Euros. Pero para que la ayuda tuviera éxito el país tuvo que ceder soberanía, por que entre otras disposiciones, la UE (Unión Europea), el FMI y los acreedores externos, exigieron que las finanzas públicas estén a disposición de estos acreedores. Otra humillación que debió admitir este país para no vivir el argentinazo fue la de incluir en su carta magna la obligación de pagar la deuda. En una nota publicada en La Nación, la Periodista Luisa Corradini, señala que “esta serie de medidas draconianas permite relativizar el tan célebre "salvataje griego". "¿Quién ha sido salvado el martes? ¿El pueblo griego, sometido a la pauperización, a la ausencia de perspectivas y de trabajo? ¿O los acreedores, muchos de los cuales jugaban a comprar a precio ridículo bonos que -a pesar de la quita anunciada- les otorgarán suculentos beneficios garantizados por los bancos centrales europeos?", se indigna Panayotis Petrakis, profesor de economía en la Universidad de Atenas.” Grecia se convierte así en la primera colonia de Europa en tiempo de paz, que ha entregado soberanía a costa del hambre y la pobreza del pueblo. El primer ministro (Yorgos Papandreu) se vio obligado a adoptar estas medidas: disminución salarial del funcionariado público (en total más de 600.000 trabajadores) en un 10%, un recorte del 30% del salario navideño y un aumento de la edad de jubilación desde los 61 a los 63 años. También el IVA fue aumentado entre un 0,5% y un 2% a productos seleccionados. A pesar de esto Papandreu no pudo saltear la crisis, por lo cual pidió un segundo préstamo en el 2011, provocando la resistencia de varios miembros de la zona euro. Para obtenerlo ejecutó más medidas neoliberales: jubilación compulsiva a 30 mil funcionarios, reducción de los salarios públicos de un 15 %. Y recortes al gasto público (salud, educación etc.) (5) El país esta bajo tutela de los países más poderosos de Europa, por que lo consideran inmaduro e incapaz de resolver esta crisis y para evitar el arrastre a los bancos más poderosos del viejo continente, (quienes hace años compraron los papeles de deuda y ahora están en peligro ante esta decadencia) que según pronostican muchos economistas, es irreversible. Conclusiones: Al hablar de crisis política y económica es inevitable realizar un trabajo sin prospección numérica, teniendo en cuenta que en el medio de todo este debate, aparece el FMI haciendo todavía de las suyas. Pero es posible hacer un balance acerca del ensayo, resaltando un par de puntos a saber. Si bien la crisis en Argentina estalló a finales del año 2001, en Grecia todavía no es posible hablar de una debacle similar, porque aun no se ha manifestado en su totalidad. Hay una diferencia de contexto mundial que separa uno y otro caso. Durante la crisis desatada en la Argentina, la economía mundial todavía se encontraba en crecimiento y el auge del neoliberalismo de la década de los años noventa, golpeaba muy fuerte a un país con graves problemas de institucionalidad y legitimidad política. Por el contrario, esta crisis financiera en Grecia, no es potestad sólo del país heleno, sino que se instaló a nivel mundial. La economía planetaria se encuentra en estancamiento desde 2008, golpeando a los países más vulnerables de la eurozona, dependientes de las potencias económicas de la región, hoy también tolerando los síntomas de la crisis mundial. Lo que resulta importante destacar y al mismo tiempo poner en discusión, es la intervención del FMI en ambos casos. Sus patentadas e impúdicas recetas económicas fracasaron en la Argentina y están haciendo lo propio en el Estado griego. Los números hablan por si solos. El ajuste lo paga el pueblo. Despidos, desocupación y pobreza son consecuencia de los planteos exigidos por este organismo internacional, en ocasiones con la complicidad de los gobiernos títeres. Por lo que no resulta una casualidad la inconsistencia del modelo neoliberal que a ver por los resultados, estaría en plena decadencia. Es evidente que en América Latina ha cambiado la mentalidad de muchos pueblos, deseosos de salir de este escenario colonial buscan alternativas que estimulen un programa de integración independiente del imperialismo yanqui. Estos nuevos gobiernos con tendencia de izquierdas, populares y progresistas, han adquirido tal relevancia en la región, que es posible lograr la integración de sectores políticos y sociales, antes ignorados y marginados por la coyuntura imperial. El caso griego, resulta un tanto diferente ya que su situación depende de las decisiones premeditadas que adopten entre otros países Alemania, líder de la región europea. Bibliografía Utilizada Libros/ Artículos: DE SANTIS, G. Introducción a la Economía Argentina. Edición de la UNLP, 1ra. Edición, marzo 2007 BEINSTEIN, Eduardo “Declinación del capitalismo, fin del crecimiento global, ilusiones imperiales y periféricas, alternativas” Primer encuentro internacional sobre “el derecho de los pueblos” Caracas. 2010. Web: http://www.mecon.gov.ar/informe/informe40/introduccion.pdf http://www.pts.org.ar/spip.php?article6176 http://www.voltairenet.org/Grecia-La-ultima-etapar-de-la http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-188031-2012-02-21.html http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-188637-2012-03-01.html http://elchileno.cl/economia/internacional/651-la-exitosa-politica-economica-de-kirchner.html http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-187995-2012-02-21.html http://www.lanacion.com.ar/1450931-crisis-de-grecia-y-la-argentina-semejanzas-y-diferencias http://www.lanacion.com.ar/1450564-grecia-la-primera-colonia-financiera-de-la-zona-euro http://www.lavanguardia.com/internacional/20111206/54239884342/atenas-hospital-terror.html http://www.citycredito.com/el-fondo-monetario-internacional-y-la-argentina.html http://www.argenpress.info/2011/07/algunos-datos-economicos-sobre-la.html http://www.serviciosesenciales.com.ar/articulos/nacion-brenta.pdf

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