jueves, 15 de octubre de 2009
DE ELIA Y MARADONA,VICTIMAS DE UNA SOCIEDAD CONSERVADORA Y TILINGA
DE ELIA Y MARADONA,VICTIMAS DE UNA SOCIEDAD CONSERVADORA Y TILINGA
Parece mentira que en la primera decada del siglo 21 en argentina y en el mundo exista una corriente de pensamiento conservadora y fachista ,propio de las cruzadas medievales de la iglesia en el siglo 14.
Los inquisidores del orden y las buenas costumbres rechazan cualquier cuestionamiento al orden establecido,cuyas amenazas principales son el repudio de las llamas censuradoras de las cacerolas.
O sino lean algunos comentarios en los diarios de derecha de nuestro pais y del mundo,por ejemplo del diario La Nacion.
Los mismos que piden cacerolas contra las medidas del gobierno nacional "k" por la ley de medios o la resolucion 125,HOY ESTAN PIDIENDO LA MISMA MEDIDA PARA PEDIR LA RENUNCIA DE DIEGO.
Parece que el porro les esta enmascullando el cerebro a estos inveciles fachistas y malparidos por quen sabe mala madre.
RACISTAS,FACISTAS,no se si repudian al diez por que este en ela conferencia de prensa condeno a Videla por el termino "proceso"que un periodista utilizo para narrar la actual etapa de la seleccion argentina.
Pero esta ira facista,represiva y tilinga,no solo lo vive el "Diego" sino tambien otros sectores del pais que reflejan las contradicciones de esta querida patria.
Un ejemplo de ello es de Luis de Elia,a quien ha ganado el repudio de los caceroleros de la abundancia por su apoyo al proyecto K,y -por lo que estoy convencido-por su color de piel-el morocho-
Los medios de comunicacion lo caratulizaron con el mote "PIQUETERO" cuando jamaz lo fue,y como califica a todo movimiento social que alce su voz aunque sin efectivizar los tan condenados cortes de ruta.
Tal discriminacion quedo bien claro con los cortes que realizaron los trabajadores de la ex terrabusi en la avenida panamericana.Para ellos,los medios en evz de reflejar los reclamos justos que ellos tienen,lo hacen con los enojados automovilista con el titulo de "CAOS".
PERO SI LOS CORTES LO REALIZAN LOS VECINOS DE TIGRE POR LA SEGURIDAD,LOS MILITANTES DE VIDELA EN LA PLAZASAN MARTIN O LOS DE LOS SOJEROS EN EL 2008,SE CAMBIA EL TERMINO "CAOS" por "inseguridad""conflicto con el campo" etc etc etc.
Es por ello que afirmo que esta sociedad de la capital federal es conservaora,facista y racista,que condena los exabruptos de un exjugador con origen villero ,pero si las malas palabras las realiza una basura como alfredo de angelis,dichas malas palabras pasan de largo,se lo perdona,y como dice Santo Biassati,pasamos a otro tema.
domingo, 11 de octubre de 2009
Duhalde y la mafia de los medicamentos
Durante su mandato, el ex presidente diseñó un nuevo mapa de distribución de especialidades medicinales a la medida de los intereses de lobistas del sector.
Cuando alguien manifiesta taxativamente que dispone de las memorias de algún incendio deberíamos preguntarnos si eso ocurre porque fue el bombero o el pirómano. Lo que sí nos queda claro a los periodistas y a los ciudadanos libres del sur es que Eduardo Duhalde no se caracterizó por hacerse cargo durante su gestión presidencial de la tarea de desarmar los nichos de corrupción que pudieran existir en diferentes espacios. El ex presidente fue muy claro al respecto cuando, luego de que la firma alemana Siemens se autoincriminara ante la SEC de los Estados Unidos por el pago de coimas, argumentara que en su breve mandato él no atendió los reclamos de la firma ni investigó sobre la vinculación de funcionarios argentinos en cobros irregulares porque el momento establecía otras prioridades.
Contradiciendo el libro al que le ha dedicado tanto esmero (y que en su nueva versión será prologado por Felipe González) para el hombre del MPA nunca fue prioritario apagar el fuego de la corrupción, no lo hizo en el tema Siemens y tampoco lo hizo en la mafia de los medicamentos y los laboratorios.
El laboratorio amigo. La década del ’90 fue escenario de una intensa puja por la denominada Ley de Patentes, entre lobistas de los laboratorios argentinos y extranjeros. Los primeros nucleados en el Centro Industrial de Laboratorios Farmacéuticos Argentinos (Cilfa) y los segundos en a Cámara Argentina de Especialidades Medicinales (Caeme).
El Cilfa rubricó una solicitada contra la “ley de patentes monopólica” que promovía la Embajada norteamericana, que fuera publicada el 29 de agosto de 1991 en el Ámbito Financiero de Julio Ramos en la cual expresaba: “Bajo presión y amenaza se intenta la aprobación, sin discusión ni debate, de una ley de patentes medicinales totalmente restrictiva. Sus consecuencias serán mucho más graves que las anunciadas represalias. Aumento desproporcionado de los precios de los medicamentos. Quiebra de las obras sociales que no podrán afrontarlos. Desabastecimiento típico de los regímenes monopólicos”. La letra de esa solicitada, así como de toda la defensa de los laboratorios autóctonos fue redactada por el empresario, analista económico y lobista Pablo Challú.
Esta entidad también contó por esos años con el respaldo de periodistas (previo desembolso) y del diputado nacional justicialista Humberto Roggero, que presidía la estratégica Comisión de Industria de la Cámara baja.
Era el momento para trazar un nuevo mapa de distribución de medicamentos entre las tres principales cámaras farmacéuticas.
Cuando la fiebre del indicador de riesgo país del J.P. Morgan, junto a otras yerbas arrasaron el gobierno de la Alianza y llegó, luego de la incertidumbre que todos conocemos, el momento de Eduardo Duhalde como titular del poder Ejecutivo, éste comenzó su armado de gobierno y las negociaciones con los principales sectores de la industria para poder hacer frente a la crisis. Luego de contar con el sí de Roberto Lavagna para la cartera de Hacienda, escuchó el consejo de José Ignacio de Mendiguren para encontrar su reemplazante en Producción, sugiriendo éste el nombre de Pablo Challú, el histórico lobista de Cilfa, quien ya había sido ungido como secretario de Defensa de la Competencia el 7 de marzo de 2002, con la rúbrica del duhaldismo de pura cepa. Sin embargo, fue la Embajada de los Estados Unidos la que vetó la llegada de Challú al frente del área de Producción, el ministerio que siempre soñó Eduardo Duhalde.
Mientras legisladores de Buenos Aires y el Cels denunciaban las maniobras efectuadas por 105 laboratorios y droguerías por el alza en los precios de los medicamentos en los primeros meses de 2002, Duhalde posaba para los diarios en el marco de la reunión del 5 de enero con el entonces titular de Cilfa, su amigo Hernán López Bernabó. Mientras el presidente del incendio decía que no pondría precios máximos siempre y cuando no observara “comportamientos inadecuados” por parte de los empresarios del sector, López Bernabó en representación de su cámara se comprometía a mantener los precios a pesar de la devaluación. Sin embargo los laboratorios habían obtenido del mandatario, no sólo la pesificación de la deuda del sector y la autorización para girar divisas al exterior con la supuesta finalidad de evitar el quiebre de la cadena de pagos, sino la aceptación de que el Pami era uno de “los grandes deudores” de las empresas de medicamentos. Con ello comenzó la diagramación de un plan de financiamiento del sistema de seguridad social.
“¡Son temas marxistas!”
Cuando la Policía Bonaerense detuvo a Mercedes Sosa en La Plata.
M. Darío Marchini es el autor de No toquen. Músicos populares, gobierno y sociedad / utopía, persecución y listas negras en la Argentina 1960-1983. Uno de sus capítulos está dedicado a Mercedes Sosa. Aquí, un extracto de un incidente que sufrió la cantante con la Bonaerense, en La Plata:
“Mientras revolvía mecánicamente el café, el mandamás de la bonaerense fijaba su atención en el documento que acababan de dejarle sobre el escritorio.
“La Plata, 18 de octubre de 1978
Al Señor Jefe de Policía, Coronel Ovidio P. Riccheri:
Tengo el agrado de dirigirme a Ud. a efectos de hacerle llegar para su conocimiento y posterior informe, Memorando D.G.A. “R” Nº 2353 de la Secretaría General de la Gobernación, mediante el cual se acompaña Radiograma Nº de MSG 7782 “IClA” Nº 1037 / 78 de la Dirección General de Seguridad Interior, por el que se comunica que, bajo apariencia de festivales folklóricos artísticos con la intervención de Mercedes Sosa, Miguel Ángel Merellano y Francisco Heredia, se ha constatado la difusión de ideología marxista, como por ejemplo, el hecho ocurrido el 21 de septiembre de 1978 en la ciudad de Rosario, Provincia de Santa Fe.
Sin otro motivo, saludo a Usted con mi mayor consideración.
Dr. Jaime L. Smart Ministro de Gobierno de la Provincia de Buenos Aires”
–¿Este viernes Mercedes Sosa actúa acá en La Plata, no? –preguntó Riccheri a un colaborador, descansando el cuerpo contra el respaldo de su viejo sillón. Parecía feliz.
La convocatoria fue un rotundo éxito. Únicamente hubo sillas dispuestas a manera de plateas para maximizar la capacidad del salón, la noche del 21 de octubre el Almacén San José quedó chico. Aunque la mayor parte del tradicional público estudiantil debió dejar su lugar a una concurrencia de más edad y, sobre todo, mayor poder adquisitivo.
Mercedes Sosa llegó una hora y media antes del comienzo del espectáculo. La acompañaban Fabián Matus, su hijo; Nicolás Colacho Brizuela, su guitarrista; Olga Gatti, y una amiga radicada en México, con su hijo. La comitiva se acomodó en la cocina junto a parte del equipo del lugar, alrededor del vino y la bandeja con empanadas. Uno de los aspirantes a veterinario encargados de controlar el ingreso del público se acercó al improvisado camarín, mientras Colacho comenzaba la ceremonia de afinar su nueva (flamante) guitarra artesanal, y Mercedes calentaba la garganta. Con suma discreción susurró en el oído de Cristina Dorato que un grupo de policías acababa de llegar y quería hablar con la persona responsable. Cuando llegó a la puerta, Cristina recibió el saludo respetuoso de seis hombre vestidos de civil que se identificaron como integrantes de la policía bonaerense, y afirmaron haber sido enviados “para garantizar el normal desarrollo de la velada”.
Después de dejar a los agentes en el salón, Cristina Dorato volvió a la cocina y se dirigió directamente a la cantante.
–Mercedes, la policía está en la sala: ni se te ocurra cantar alguna canción prohibida porque vamos todos en cana...
–No, no te preocupes, mirá la carpeta y vas a ver que únicamente vamos a hacer zambas y canciones tradicionales.
–Bárbaro.
Pasada la una de la madrugada, comenzó el plato fuerte del espectáculo. Con toda normalidad, la tucumana fue desarrollando un repertorio integrado por canciones como Duerme negrito, Cantor de oficio, Alfonsina y el mar, Piedra y camino, La alabanza, Como la cigarra, Canción de las simples cosas, Dale tu mano al indio, Plegaria a un labrador y Canción para mi América.
En las inmediaciones del lugar se fueron congregando varios patrulleros y celulares cargados de agentes uniformados. A medida que el show iba ganando en intensidad, los integrantes de la improvisada tribuna popular callejera fueron sumando sus gritos y expresiones de afecto a los muchos más recatados aplausos de los privilegiados plateístas del interior del local. Conmovida por la devoción de esos admiradores desfavorecidos, Mercedes Sosa abrió la ventana para que pudieran ver y escuchar mejor. Eufóricos, los de la calle comenzaron a pedirle que cantara Cuando tenga la tierra. Como haciéndose cargo de la sentencia según la cual el artista se debe a su público, la cantante les dio el gusto. Era lo que los policías estaban esperando.
Inmediatamente uno de los agentes de civil salió a paso vivo hacia la puerta. Cuando terminó la canción de Toro y Petrocelli, Mercedes Sosa y un coro espontáneo integrado por los trescientos espectadores de adentro y los más de cien de la vereda, comenzaron a entonar Canción con todos. La noche era una fiesta.
Fabián Matus estaba parado cerca de la entrada, conversando con Cristina Dorato y uno de los estudiantes. En un momento comenzó a caminar hacia el sector del escenario. Apenas alcanzó a dar unos pocos pasos, cuando a sus espaldas escuchó un alboroto. Al darse vuelta vio a Cristina y algunos muchachos tratando de contener la puerta.
El joven corrió a ayudarlos, suponiendo que se trataba de gente que intentaba ingresar sin pagar. Entonces recibió el grito de Cristina: “¡Andá al escenario y avisale a Mercedes que están los milicos!”. Con el corazón más acelerado que las piernas corrió hacia donde estaba su madre, desoyendo la voz marcial que, a su espalda, le ordenaba detenerse. Cuando llegó al borde del tablado la cantante estaba presentando El mundo prometido de Juanito Laguna.
–Mercedes, salí –le pidió tratando de mantener la calma.
–No, si todavía me falta una –le contestó su madre sorprendida.
–¡Vamos; salí te digo! –insistió el joven, ya parado en la frontera del pánico.
Entonces sí, ante la confusión del público Mercedes Sosa se levantó de su silla y abandonó el escenario y a su desconcertado guitarrista. No llegó muy lejos: ni bien bajó, un hombre vestido de azul la tomó del brazo. “¡Suélteme, que soy una mujer!”, le recriminó al uniformado, que abrió la mano y sintió que el rubor le quemaba las mejillas.
“¡Prendan las luces!”; “¡Nadie se mueva!”; “¡La carpeta, agarren la carpeta con las letras de las canciones, que son pruebas testimoniales!”, se superpusieron las atropelladas voces de mando. Cuando las luces se encendieron, los azorados espectadores descubrieron que decenas de policías (nadie se tomó el trabajo de contarlos), no todos uniformados, los apuntaban con sus armas largas. (...)
–¿Podría explicarme qué es lo que pasa? –preguntó la cantante al oficial Ronconi, quien parecía estar a cargo del operativo.
–Pasa que usted canta canciones subversivas.
–¿Canciones subversivas?; ¿y eso qué es?
–Canciones de protesta, marxistas...
–¡Pero si están todas grabadas en discos y las canto siempre en todas partes!...
–Lo que haga en otras partes no me interesa; acá esas canciones son comunistas.
–¿Y entonces por qué me dejaron cantar? Para eso hubieran prohibido directamente el espectáculo...
–¡Escuchemé: acá los que deciden cómo se hacen las cosas somos nosotros!
Minutos después, todos ellos más Cristina fueron trasladados en un celular hasta la seccional segunda. Durante el viaje, el agente que había tomado del brazo a Mercedes Sosa al pie del escenario, ensayó un pedido de disculpas. “Perdóneme señora, me ordenaron hacerlo. Usted sabe; si no lo hacía...”, susurró avergonzado en el oído de la cantante.
Cuando Mercedes Sosa y su comitiva llegaron a la comisaría, los hicieron esperar en el hall. (...) –¿Y ahora qué van a hacer con nosotros y con toda esa gente que está en el patio? –preguntó la tucumana.
–Eso es asunto nuestro, acá las preguntas las hacemos nosotros –respondió Ronconi con el mismo malhumor que lo acompañaría toda la noche.
–Usted es un maleducado.
–¡Y usted es una negra de mierda, y lo mejor que podría hacer es dejarse de cantar y de pudrirle la cabeza a la gente! ¡Y no vuelva a hablar hasta que nosotros le digamos! –ordenó el policía con la escasa sutileza que caracterizaba a la mayoría de los miembros de la fuerza de seguridad.
Minutos después apareció el comisario, quien les explicó que el procedimiento se había realizado porque durante el recital se habían interpretado canciones prohibidas (la validez del cargo era harto discutible, ya que la prohibición citada –derivada de las circulares del Comfer– alcanzaba a la difusión radial y televisiva, pero no a las actuaciones en vivo). “El juez decidirá qué va a hacer con ustedes”, dijo antes de volver a dejarlos solos.
Después comenzaron a llamarlos de a uno para tomarles declaración. A Mercedes Sosa, además, la fotografiaron y le tomaron una impresión de las huellas digitales. Cuando llegó el turno de Fabián, que por entonces era un muchacho de veinte años, el comisario le preguntó a qué se dedicaba y por qué había ido al Almacén San José. El detenido respondió que acompañaba a Mercedes porque era el hijo y porque, junto a Olga Gatti y Bibi Mazzitelli, estaba encargado de la oficina de contrataciones de la cantante, desde la muerte de su manager y pareja, Pocho Mazzitelli.
–¿Me puede mostrar el contrato de la actuación de esta noche? –preguntó el comisario.
–No lo tengo, lo dejé en Buenos Aires, en la oficina –respondió el joven, lamentándose de su olvido.
–Usted miente, ese supuesto contrato no existe: su madre estaba cantando a beneficio del Partido Comunista –afirmó el policía con pretensión de sagacidad.
–No, no, le aseguro que hay un contrato y un cachet...
–Usted no me va a engañar; esto no era un show sino un acto político, y los actos políticos están prohibidos. (...)
El juzgado de turno era el del Dr. Leopoldo Russo, quien por esos días estaba de vacaciones. Por esa razón, en un primer momento fue reemplazado por el Dr. Adamo. La casualidad quiso que un hermano de este magistrado integrara el seleccionado de jugadores veteranos de rugby de La Plata (PLAGA), donde tenía como compañero y capitán al Pájaro. Esa mañana de sábado, poco antes de la hora del partido alguien avisó que el cantante, copropietario del Almacén San José y jugador de Los Tilos, no llegaría por estar preso. Entonces el Adamo rugbier habló con su hermano juez. A las 14:00 hs., ambos Adamo aparecieron en la comisaría acompañados por un médico. El profesional les dijo a Mercedes Sosa y los demás detenidos que debía trasladarlos a una habitación, para revisarlos y hacer constar su estado de salud.
–No es necesario; no nos tocaron, en ese sentido está todo bien –lo tranquilizaron.
–¿Están seguros?, miren que después los problemas los tengo yo...
A continuación, el juez Adamo tomó declaración a los reos. Mercedes Sosa fue la última en recuperar la libertad. Cuando abandonó la comisaría junto a Fabián, Nicolás (y su guitarra), Olga, y la amiga con su hijo, ya eran más de las 18:00. Minutos más tarde, en la casa de Cristina Dorato recibió la suma convenida por la actuación. Debería usar cada billete para afrontar los gastos derivados de la causa judicial que acababa de comenzar. Los medios periodísticos recién se harían eco del episodio tres días más tarde, con breves gacetillas completamente despojadas de cualquier comentario, como si se hubiera tratado de un hecho corriente. En cierto modo, en la Argentina de ese tiempo lo era.
revista 23
sábado, 10 de octubre de 2009
A la gente le preocupa la Ley, pero también desconfía de los periodistas
encuesta de management & fit
A la gente le preocupa la Ley, pero también desconfía de los periodistas
Un sondeo demuestra que casi el 60 por ciento de los ciudadanos está preocupado por la Ley de Radiodifusión. Pero dentro del mismo contexto del debate sobre el rol de los medios, el 73,7 por ciento dijo tener “algo o poca confianza” en los periodistas. La mayoría cree que las empresas privadas son más creíbles que los oficiales, pero por escaso margen.
Por E.D.
Según una encuesta de la consultora Management & Fit, a la mayoría de los ciudadanos consultados “le preocupa bastante o mucho” la Ley de Radiodifución que ayer debatía el Senado. El sondeo de opinión, realizado entre jueves y viernes de esta semana, también arrojó resultados sobre el nivel de confianza de la población en los medios y los periodistas que, de acuerdo a los responsables de la encuesta, no ha variado con respecto a la última medición.
El 59 por ciento de los encuestados dijo que le “preocupa mucho o bastante” la Ley de Radiodifusión, mientras que a más del 39 por ciento le preocupa “poco o nada”. La temática demostró tener un alto nivel de conocimiento en la población consultada, ya que sólo el 1,6 por ciento dijo no saber o no contestar ante la consulta.
Además, sólo el 12 por ciento admitió tener “mucha confianza” en los periodistas. En tanto, el 73,7 por ciento dijo que siente “algo o poca confianza” en los trabajadores de prensa. Quienes aseguran no confiar en nada en los periodistas rondan el 10 por ciento.
La encuesta, realizada el 8 y 9 de octubre entre 1.200 casos en todo el país, también manifestó que la gente cree más en los medios privados que en los oficiales. La credibilidad, sin embargo, es relativa. La mayoría tiene “algo o poca” confianza en los medios, tanto privados como oficiales. Según la consultora, “quienes votaron por el oficialismo en las elecciones tienen mayor confianza en los medios oficiales, mientras que quienes votaron por la oposición tienen poco o nada de confianza en los medios estatales, y mayor confianza en los medios privados”. De hecho, el 34,8 por ciento aseguró que los medios oficiales no le inspiran ninguna confianza.
Para el 74,4 por ciento, la nueva Ley de Medios Audiovisuales es “una pelea del Gobierno con el Grupo Clarín”. “Proporcionalmente, más personas entre quienes votaron al oficialismo piensan que la Ley no es una pelea con el grupo Clarín, mientras que los que votaron por la oposición piensan que sí lo es”, afirmó la encuestadora.
Según Management & Fit, los medios más creíbles son las radios, mientras que las revistas son las que menos inspiran confianza en la gente, incluso menos que la información en Internet. Los diarios tienen un nivel medio de confianza. Sólo el 14,1 por ciento les cree mucho, mientras que el 70,7 por ciento les adjudica “algo o poca” credibilidad, un nivel similar al de los noticieros televisivos.
fuente:diario perfil
A la gente le preocupa la Ley, pero también desconfía de los periodistas
Un sondeo demuestra que casi el 60 por ciento de los ciudadanos está preocupado por la Ley de Radiodifusión. Pero dentro del mismo contexto del debate sobre el rol de los medios, el 73,7 por ciento dijo tener “algo o poca confianza” en los periodistas. La mayoría cree que las empresas privadas son más creíbles que los oficiales, pero por escaso margen.
Por E.D.
Según una encuesta de la consultora Management & Fit, a la mayoría de los ciudadanos consultados “le preocupa bastante o mucho” la Ley de Radiodifución que ayer debatía el Senado. El sondeo de opinión, realizado entre jueves y viernes de esta semana, también arrojó resultados sobre el nivel de confianza de la población en los medios y los periodistas que, de acuerdo a los responsables de la encuesta, no ha variado con respecto a la última medición.
El 59 por ciento de los encuestados dijo que le “preocupa mucho o bastante” la Ley de Radiodifusión, mientras que a más del 39 por ciento le preocupa “poco o nada”. La temática demostró tener un alto nivel de conocimiento en la población consultada, ya que sólo el 1,6 por ciento dijo no saber o no contestar ante la consulta.
Además, sólo el 12 por ciento admitió tener “mucha confianza” en los periodistas. En tanto, el 73,7 por ciento dijo que siente “algo o poca confianza” en los trabajadores de prensa. Quienes aseguran no confiar en nada en los periodistas rondan el 10 por ciento.
La encuesta, realizada el 8 y 9 de octubre entre 1.200 casos en todo el país, también manifestó que la gente cree más en los medios privados que en los oficiales. La credibilidad, sin embargo, es relativa. La mayoría tiene “algo o poca” confianza en los medios, tanto privados como oficiales. Según la consultora, “quienes votaron por el oficialismo en las elecciones tienen mayor confianza en los medios oficiales, mientras que quienes votaron por la oposición tienen poco o nada de confianza en los medios estatales, y mayor confianza en los medios privados”. De hecho, el 34,8 por ciento aseguró que los medios oficiales no le inspiran ninguna confianza.
Para el 74,4 por ciento, la nueva Ley de Medios Audiovisuales es “una pelea del Gobierno con el Grupo Clarín”. “Proporcionalmente, más personas entre quienes votaron al oficialismo piensan que la Ley no es una pelea con el grupo Clarín, mientras que los que votaron por la oposición piensan que sí lo es”, afirmó la encuestadora.
Según Management & Fit, los medios más creíbles son las radios, mientras que las revistas son las que menos inspiran confianza en la gente, incluso menos que la información en Internet. Los diarios tienen un nivel medio de confianza. Sólo el 14,1 por ciento les cree mucho, mientras que el 70,7 por ciento les adjudica “algo o poca” credibilidad, un nivel similar al de los noticieros televisivos.
fuente:diario perfil
jueves, 8 de octubre de 2009
Acusan a Vila de "presionar" a sus empleados
El Foro de Periodismo Argentino (Fopea), le envió una carta al empresario Daniel Vila -dueño de Uno Multimedios- para solicitarle "el cese de la recolección de firmas entre los trabajadores de algunas (de sus) empresas periodísticas" para que se opongan a la Ley de Medios que impulsa el Gobierno. Lo acusan de "presionar a sus empleados".
El Foro decidió tomar esta iniciativa luego de que varios periodistas denunciaran las presiones y aportaran "demostración documental" que "llegó a nuestra organización".
En la nota que le envió a Vila, FOPEA consideró que la iniciativa del titular de Uno Multimedios "en un contexto de gran crispación, puede coaccionar la conciencia de los periodistas con una posición diferente a la que Usted ha manifestado en público en relación al proyecto de ley de SCA que obtuvo media sanción de Diputados".
A continuación reproducimos la carta de FOPEA:
Nos dirigimos a Usted en nombre del Foro de Periodismo Argentino (Fopea), una asociación de periodistas que trabaja para el mejoramiento de los estándares profesionales, éticos y de libertad de expresión, a partir de la convicción de que el periodismo independiente fortalece la calidad democrática.
Es con este espíritu que queremos solicitarle el cese de la recolección de firmas entre los trabajadores de algunas empresas periodísticas que forman parte de Uno Multimedios que usted lidera, para suscribir una petición dirigida al Senado de la Nación en el marco del debate de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (SCA), tal como nos fuera informado por varios periodistas y cuya demostración documental llegó a nuestra organización.
Consideramos que esta iniciativa, en un contexto de gran crispación, puede coaccionar la conciencia de los periodistas con una posición diferente a la que Usted ha manifestado en público en relación al proyecto de ley de SCA que obtuvo media sanción de Diputados. En este sentido, al pie de la carta, le adjuntamos el comunicado que emitimos el 31 de agosto de 2009 reclamando el respeto a la cláusula de conciencia en el ejercicio profesional. Allí señalamos, entre otras cuestiones, que "los directivos de las empresas periodísticas tienen todo el derecho de utilizar los espacios editoriales para expresar la opinión institucional. Pero lo que no pueden es exigir a sus periodistas que degraden su trabajo profesional para ponerse al servicio de sus intereses, ya que la libertad de conciencia de los periodistas debe ser respetada."
Asimismo, incluimos la posición de Fopea en relación al tratamiento de la Ley de SCA en el Congreso.
Sin más, lo saludamos atentamente,
Foro de Periodismo Argentino Presidente Gabriel Mich
fuente:infoexclusivo